Con una ubicación privilegiada sobre la cordillera de los Alpes, este país centroeuropeo es un destino ideal para visitar en cualquier época del año, ya que en las estaciones de primavera y verano los turistas podrán disfrutar de senderos con los paisajes más increíbles mientras que en el invierno es el lugar perfecto para practicar esquí. 

Además de su naturaleza, se completa el itinerario con la visita a ciudades medievales con cascos históricos y palacios que recuerdan el esplendor de tiempos pasados. 

Como capital del país, Viena es una ciudad muy rica en su patrimonio artístico, donde el firme legado de compositores como Beethoven o Mozart han dejado huella, razón por la cual se la considera la ciudad de la música. Pero también cuenta con una interesante veta artística con las obras del gran pintor Gustav Klimt, entre otros.

Muchos años atrás, Viena era una de las ciudades más poderosas a nivel mundial y eso se ve reflejado aún hoy en día en los elegantes palacios con sus increíbles jardines, como el de Schonbrunn, sitio de recreación del emperador, o el de Hofburg, centro neurálgico de los Habsburgo.

Salzburgo es la ciudad que vio nacer y donde creció el personaje más importante de este país como es el gran compositor Wolfgang Amadeus Mozart. Por este motivo, una de las experiencias a realizar allí es visitar su lugar de residencia.

Pero no se puede dejar de visitar otros atractivos como su casco histórico medieval, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, o disfrutar de las vistas que ofrece la fortaleza de Hohensalzburg sobre el paisaje alpino y la ciudad, y recorrer el Palacio Mirabell con sus preciosos jardines.

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